¿Alguna vez has pensado en contratar dos pólizas que aseguren lo mismo de forma simultánea? A esta situación se le conoce como concurrencia de seguros y no siempre significa que el asegurado va a estar doblemente protegido, ni que va a recibir el doble de dinero cuando se produce un siniestro; por eso, te explicamos qué es y cómo debes actuar si te encuentran en esta situación.
¿Sabes en qué consiste la concurrencia de seguros?
La concurrencia de seguros es una situación en la que un mismo objeto está cubierto por distintas pólizas simultáneamente; es decir, durante un mismo tiempo estás pagando dos seguros para cubrir los daños que puedan producirse en un mismo objeto.
El problema es que, si se sufre un siniestro, la cantidad que recibiría una persona sería mayor que el valor real del producto, lo que supondría un beneficio para el tomador y podría convertirse en una práctica habitual. Para que esta situación de concurrencia de seguros ocurra es necesario que se establezca uno de sus siguientes casos:
- Un tomador firma dos o más pólizas con distintas aseguradoras, por iniciativa propia.
- Estos seguros cubren los mismos riesgos.
- La indemnización sería simultánea, no sucesiva.
Cuándo no existe concurrencia de seguros
Es muy habitual que los hogares cuenten con varias pólizas contratadas y esto no quiere decir que se esté viviendo una situación de concurrencia de seguros. Por ejemplo, un inquilino puede tener un seguro de alquiler que le cubra sus propiedades y el casero puede disponer de una póliza que le indemnice a él en caso de siniestro.
Tampoco se cae en una concurrencia de seguros en aquellas pólizas de vida o accidentes, porque el beneficiario puede recibir la indemnización sin una cuantía limitada. De esta forma, una persona puede tener tantos seguros como quiera de este tipo sin caer en la concurrencia de seguros.
Qué pasa cuando se produce siniestro
Según el artículo 32 de la Ley de Contrato de Seguro es necesario señalar la existencia de otra póliza antes de firmar un contrato con otra aseguradora. Además, en caso de siniestro, el tomador debe comunicar a todas sus aseguradoras la existencia de las otras pólizas.
Por su parte, las compañías abonar la parte que les corresponda de indemnización, sin que el total llegue a superar el valor total del objeto asegurado. De esta forma, estas cubierto por varias pólizas pero la cantidad total recibida nunca superará la cuantía total del daño.